Actualmente sufrimos olas de calor y los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes. El calentamiento global es un grave problema para toda la humanidad. Y la situación no hace más que empeorar. Científicos y expertos del sector del cannabis destacan el potencial de la planta en la lucha contra el cambio climático. En su opinión, el cultivo de cannabis (o cáñamo) tiene una serie de ventajas, algunas de las cuales están ayudando a combatir este fenómeno extremo.
Cannabis para combatir el calentamiento global, ¿pero cuánto?
Una solución bidireccional para el dióxido de carbono
Como puede ver, el exceso de CO2 está cambiando el clima de la Tierra. Es la principal causa del cambio climático global. Su reducción en los últimos 800.000 años ha mejorado la capacidad de la atmósfera para almacenar el calor del sol a través del efecto invernadero. De ahí la arraigada creencia de que el cultivo de cannabis puede reducir el impacto del cambio climático.
De hecho, los expertos coinciden cada vez más en que los cultivos más diversos del mundo pueden contribuir a frenar el colapso ecológico. Gracias a su modo de cultivo, el cáñamo consume muy poca agua y sus subproductos contribuyen a reducir las emisiones de carbono.
¿Pero cómo?
Una de las principales afirmaciones es que el cultivo de cáñamo puede sustituir a los terpenos producidos por la tala. Estos terpenos desempeñan un papel importante en la regulación de las condiciones atmosféricas. Los monoterpenos (fórmula química C10H16) son especialmente importantes en este mecanismo. Cuando se liberan, se difunden en la estratosfera por convección y reaccionan con el ozono atmosférico(OH y NO3), oxidándose para formar diversos subproductos.
Aún no se conoce del todo el mecanismo por el que los monoterpenos contribuyen a proteger nuestro planeta de los efectos nocivos de la radiación UV del sol. Sin embargo, sí sabemos que los productos de oxidación en la atmósfera contribuyen a la formación de nubes que reflejan la radiación solar y aumentan las precipitaciones.
El cannabis también se considera una planta con buenas propiedades de secuestro de carbono. Secuestra alrededor de 0,67 toneladas de carbono por hectárea y año. A medida que crece, el cannabis absorbe y almacena CO2, extrayendo carbono de la atmósfera y liberando oxígeno. Por lo tanto, parece ser una buena alternativa en la lucha contra el calentamiento global.
Un tipo de cultivo extremadamente ecológico
Los efectos positivos del cannabis sobre el clima no pueden evaluarse desde un punto de vista ecológico sin tener en cuenta los métodos de cultivo. En agricultura, esta planta se utiliza como agente de limpieza y reestructuración. Su rápido crecimiento suprime las malas hierbas, frena el crecimiento de ciertos cultivos anuales e impide el desplazamiento de los parásitos. Mejora el suelo: 1 hectárea de este cultivo absorbe 15 toneladas de dióxido de carbono durante la fotosíntesis, la mayor parte del cual se devuelve al suelo.
Por ejemplo, un estudio realizado por la Universidad Estatal de Colorado en 2021 demostró que cada kilogramo de cáñamo puede impedir que entre en la atmósfera entre 2 y 5 toneladas equivalentes de dióxido de carbono.
Además, el cannabis es un cultivo sencillo que requiere poco riego. El ciclo de crecimiento del cáñamo está determinado en gran medida por el fotoperiodo, lo que significa que la floración y la posterior cosecha tienen lugar en los días especificados por el productor de semillas, independientemente de la fecha de siembra. Sólo el rendimiento es diferente.
De ahí que el cáñamo sea una planta que puede cultivarse en cualquier parte del mundo, en todo tipo de suelos y en climas que oscilan entre los 7 y los 30°C. Es un excelente cultivo ecológico que requiere poca agua, no es invasivo y es ideal para la agricultura ecológica.
Un marcado interés por los materiales de construcción sostenibles
El cáñamo es ligero, fuerte y flexible, por lo que resulta adecuado para una amplia gama de usos domésticos, como aislamiento, decoración, mobiliario, etc. En términos de construcción sostenible, tiene excelentes propiedades de aislamiento térmico y acústico. Por no hablar de su excelente resistencia a la suciedad, el moho, las bacterias, los insectos y los diversos cambios climáticos. Sobre todo, es duradero. Según los expertos, una casa de cáñamo puede durar varios cientos de años. Los optimistas incluso dicen que miles de años.
Además, construir casas biorresponsables es una doble solución para proteger el planeta. El acero y el cemento, cuya producción libera gases de efecto invernadero a la atmósfera, se sustituyen por troncos y piedras de cáñamo que se compactan al aire libre con energía solar. Es el caso de empresas como UK Hempcrete. Lleva años trabajando para reducir hasta un 90% el consumo de CO2 en la construcción de viviendas. La empresa también utiliza cáñamo mezclado con cal y agua para fabricar ladrillos a partir de materiales naturales.
El ahorro de recursos es un factor importante en la lucha contra el calentamiento global. Fuentes del sector afirman que, de hecho, el cannabis es una pieza clave del "Pacto Verde" de la Unión Europea para reactivar la economía tras la pandemia del Covid 19.
Hacia una edad de oro de los biocarburantes
El cáñamo es una planta con muchos usos. Además de los textiles, el papel, los plásticos y los alimentos, nuevos proyectos están llevando el cáñamo a una categoría para la que nunca fue concebido: los biocombustibles.
En 2010, investigadores de la Universidad de Connecticut demostraron que el cáñamo industrial tiene las propiedades necesarias para producir un biodiésel "viable" e incluso "atractivo". El biodiésel producido a partir del cáñamo era altamente eficiente. Según ellos, el 97% del aceite de cáñamo se convirtió en biodiésel, y superó todas las pruebas de laboratorio. Sus propiedades sugieren incluso que puede utilizarse a temperaturas más bajas que cualquier otro biodiésel actualmente en el mercado. Los biocombustibles se presentan como una solución ecológica ideal para combatir el cambio climático.
Una reserva de biodiversidad y suelo
El cáñamo puede ayudar a proteger la calidad del suelo y la biodiversidad. Quizá no lo sepa, pero la agricultura es una de las principales causas de la degradación del suelo. Degrada la calidad del suelo y lo hace infértil. Afecta a la acidez o alcalinidad del suelo y a la cantidad de materia orgánica que contiene. El fuerte sistema radicular del cáñamo mejora la estructura del suelo y actúa como acondicionador. Le gustan los suelos profundos y aprecia los suelos con un buen equilibrio hídrico, pero su historia demuestra que los suelos templados son adecuados.
De hecho, en comparación con cultivos como la colza y el girasol, el cáñamo presenta el mayor número/actividad de depredadores artrópodos. Debido a la extensa y densa cubierta de hojas, las arañas y los escarabajos carábidos son de dos a tres veces más numerosos que en otros cultivos. La cubierta del suelo y las hojas son una gran ventaja, ya que proporcionan refugio, humedad y alimento a todos estos depredadores.
Una forma de escapar de la moda rápida
El término "moda rápida" hace referencia a un modelo de negocio altamente rentable y explotador basado en "copiar e imitar diseños de moda de lujo". La industria de la moda y su cadena de suministro es el tercer sector más contaminante después de la alimentación y la construcción. Representa el 10% de los gases de efecto invernadero mundiales y emite 1.200 millones de toneladas de CO2 al año, más que el transporte marítimo y la aviación juntos.
La ropa se produce en masa y a menudo se obliga a los trabajadores a trabajar en condiciones inhumanas. El rápido ritmo de consumo también acorta la vida útil de las prendas y plantea una serie de problemas éticos y de sostenibilidad. La contaminación provocada por la moda rápida no sólo causa daños irreversibles y a largo plazo al medio ambiente, sino que también contribuye a los efectos del cambio climático.
Para paliarlo, empresas como Patagonia, Levi's y Jun Maven han hecho grandes progresos en la búsqueda de materiales más ecológicos para la industria textil. El cáñamo vuelve a estar en una posición competitiva favorable. La tragedia parece haber sensibilizado a la opinión pública sobre la necesidad de un consumo más responsable y sostenible. Así que es justo decir que el cáñamo textil es el futuro de la ropa ecológica.
En resumen, el cannabis podría contribuir de forma excelente a revertir la degradación medioambiental. Proteger el planeta es uno de los pilares de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El cultivo de cáñamo reduce las emisiones de carbono y es una fuente inigualable de agricultura sostenible. Su ilegalidad sigue dificultando su uso en muchos países. Sin embargo, cuanto más apoyemos el cultivo del cáñamo y el uso de sus productos, más contribuiremos a la lucha contra el calentamiento global.
Aunque todavía es objeto de controversia en el mercado, el cannabis se está convirtiendo en una planta cada vez más valiosa y eficaz para resolver muchos problemas cotidianos.