

No todos los medicamentos son iguales. Algunos forman parte de nuestra vida cotidiana, mientras que otros son tratamientos muy intensos. Mezclarlos con otra sustancia activa es siempre un tema delicado, ya se trate de alcohol, CBD o incluso simplemente otro medicamento. Cualquier sustancia que ingerimos tiene sus propios efectos en nuestro cuerpo, por lo que es vital mantenerse alerta a la hora de combinar diferentes sustancias. Y este es el caso del CBD y los medicamentos.
El CBD y sus propiedades terapéuticas sin riesgo
A diferencia de su primo el THC, más conocido por sus efectos psicotrópicos, el CBD no se considera un estupefaciente. Al contrario, es totalmente legal en España y en muchos otros países europeos.
De hecho, sus efectos terapéuticos sobre la salud están en la base de su éxito. Antiinflamatorio, antidepresivo, antiestrés, alivio de la artrosis y el dolor crónico, digestión más fácil, mayor sensación de bienestar... la lista es aparentemente larga. Todo esto es posible gracias a la capacidad del CBD de interactuar directamente con los receptores de nuestro sistema endocannabinoide. Estos receptores están distribuidos por todo nuestro cuerpo, y son responsables de diferentes percepciones como el dolor o la felicidad.
Todos los beneficios del CBD son sin riesgo para la salud. En otras palabras, no conlleva efectos secundarios ni riesgo de adicción. Ahora podemos observar más de cerca cómo reacciona nuestro cuerpo cuando consumimos CBD. Más detalles a continuación.
¿Cómo reacciona nuestro cuerpo cuando tomamos CBD + medicamentos?
Nuestro cuerpo tiene un mecanismo muy perfeccionado para tratar cualquier sustancia que ingerimos, independientemente de su naturaleza. Por eso, cuando consumimos CBD, primero lo metaboliza el hígado. Sólo entonces se distribuye por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Una enzima llamada citocromo P450 se encarga de descomponer cualquier sustancia ingerida en pequeñas moléculas, lo que conduce a su distribución por todo el cuerpo.
Cuando el CBD se toma al mismo tiempo que los medicamentos, este proceso natural sigue un método diferente. Nuestro cuerpo tenderá entonces a concentrarse en los componentes específicos del CBD. En lugar de procesar completamente los medicamentos ingeridos, el hígado los clasificará, dando prioridad al CBD y relegando los medicamentos a un segundo plano. Esto no deja de tener consecuencias. El CBD tendrá un efecto positivo en el organismo, pero los efectos de las drogas se verán especialmente inhibidos. Este fracaso de los efectos puede tener graves repercusiones, sobre todo si los medicamentos se toman para tratar una patología grave o síntomas relativamente incapacitantes.
Otra consecuencia potencialmente peligrosa es que algunos medicamentos están diseñados para ser ingeridos rápidamente por el organismo. Consumir CBD al mismo tiempo que medicamentos impide que éstos se descompongan adecuadamente y, por tanto, se asimilen. Cuando estos no se asimilan correctamente, pueden producirse diversos efectos secundarios perjudiciales, como dolores de cabeza o náuseas. Un estudio estadounidense realizado en 2020 enumeró más de cincuenta medicamentos que podrían verse afectados por el consumo de CBD.
Una vez establecidos los riesgos potenciales, hay algunos consejos que puede seguir para minimizarlos.
Consejos para consumir CBD con medicamentos de forma segura
Por supuesto, lo primero que hay que decir es que siempre es una buena idea consultar a su médico antes de consumir CBD. En concreto, tu médico podrá informarte sobre la compatibilidad o los riesgos de consumir CBD con los medicamentos que ya estés tomando.
Aparte de eso, he aquí algunos consejos útiles para consumir CBD y drogas de forma segura:
- En la medida de lo posible, no tome CBD al mismo tiempo que medicamentos,
- Elige dosis bajas o productos con una baja concentración de CBD, como el aceite de CBD Elixir 5%,
- seleccionar cuidadosamente la calidad de los productos de CBD consumidos, garantizando la trazabilidad y la calidad de los ingredientes,
- Si tiene la más mínima duda, espere a pedir consejo a un médico o farmacéutico antes de interactuar con el CBD.
Antidepresivos
Los antidepresivos, esos famosos fármacos que son muy potentes y útiles, pero que también tienen conocidos efectos secundarios sobre la salud. Su uso por sí solo ya está estrictamente regulado.
Se cree que el CBD tiene un alto riesgo de interactuar negativamente con los antidepresivos. Esto se debe a varias razones. En primer lugar, se cree que el CBD y los antidepresivos se dirigen a las mismas zonas del cerebro, por lo que podrían anularse mutuamente.
Es más, aunque el CBD no tiene nada que ver con el THC y sus efectos psicotrópicos, sí tiene una serie de efectos sobre el organismo. Entre otras cosas, influye en nuestro metabolismo y en la función hepática. A partir de esto, es fácil entender que el metabolismo de los antidepresivos se verá alterado significativamente por el consumo de CBD.
Por último, es importante arrojar algo de luz sobre ciertos tipos de antidepresivos. Los tricíclicos y los IMAO. Estas categorías específicas de antidepresivos son las más antiguas del mercado, conocidas como antidepresivos de primera generación. Como tales, sus efectos secundarios potencialmente peligrosos son mucho más numerosos que los de los antidepresivos de última generación. Los nuevos antidepresivos tienen un historial científico mucho mejor que los de primera generación, por lo que su uso es mucho más estable y fiable.
Los tricíclicos, los antidepresivos de primera generación, y los IMAO, más recientes pero bastante inestables, son dos tipos de fármacos considerados especialmente peligrosos cuando se combinan con CBD. Para funcionar, bloquean la captación de los neurotransmisores norepinefrina, dopamina y serotonina. El CBD actúa precisamente sobre estos mismos neurotransmisores.
Un ejemplo aún más evocador es el Xanax. El Xanax se utiliza principalmente para reducir la ansiedad. En pequeñas cantidades, es beneficioso. Sin embargo, no es raro que las personas que abusan del Xanax experimenten una serie de efectos secundarios perjudiciales. Los más comunes son paranoia, somnolencia y taquicardia. Combinar Xanax y CBD es otro ejemplo de interacciones entre drogas que hay que evitar a toda costa.