

Recientemente, el CBD ha sido legalizado en muchos países de Europa, lo que ha provocado un rápido auge en su comercialización.
El cannabidiol es muy diferente de su primo el THC, este último siendo una sustancia con efectos psicotrópicos bien conocidos y que también conlleva un alto riesgo de adicción.
A diferencia del THC, el CBD no presenta ningún peligro de adicción. Es más bien conocido por sus numerosos beneficios terapéuticos, apreciados para aliviar males de todo tipo.
El CBD no es una droga, obtener CBD es así perfectamente legal en Francia. Sin embargo, algunos casos raros constituyen contraindicaciones para su consumo, o al menos requieren mantener dosis bajas.
Embarazo y mujeres lactantes
En caso de embarazo, o cuando una mujer está amamantando a su bebé, se recomienda no consumir estrictamente ninguna sustancia modificada, de riesgo, o para la cual no haya suficiente respaldo científico.
El CBD entra justamente en esta última categoría.
En el marco de un embarazo y una lactancia, las restricciones son numerosas: no alcohol, no tabaco, no drogas, no carne ni pescado crudo, frutas y verduras deben lavarse minuciosamente, no productos lácteos hechos con leche cruda, medicamentos en baja cantidad, y así sucesivamente.
Aunque el CBD presenta claramente menos riesgos para la salud que el THC, las mujeres embarazadas y lactantes forman parte de las personas consideradas sensibles. El menor riesgo potencial, como un queso de pasta blanda, un sushi o cualquier medicamento que no sea Doliprane, está prohibido. Esto busca proteger al feto y al bebé lactante de cualquier bacteria o sustancia capaz de causar daños en su desarrollo.
Entre los riesgos identificados, se destacan especialmente:
- un aumento del riesgo de aborto espontáneo,
- un aumento del riesgo de embarazo ectópico,
- un retraso cognitivo del bebé,
- un retraso en el crecimiento y un bajo peso al nacer.
Medicamentos, cuidado con la mezcla peligrosa
La toma de medicamentos constituye, por supuesto, una segunda contraindicación para el consumo de cannabidiol.
El principal riesgo existente al combinar CBD con medicamentos, sin importar su naturaleza, es la interacción imprevisible entre los efectos del CBD y los de los medicamentos ya tomados.
Cada sustancia ingerida, ya sea CBD o un medicamento, tiene sus propios principios activos, sus propios beneficios, sus propios efectos secundarios, así como sus propias restricciones respecto a las combinaciones posibles con otros productos. Sin embargo, el cannabidiol no es un producto cualquiera.
Sus beneficios sobre nuestro organismo son muy diversos, lo que implica que cuando consumimos CBD, la mayoría de nuestro organismo se estimula de diferentes maneras.
Sistema nervioso, respuesta inmunitaria, concentración, ritmo cardíaco, circulación sanguínea …
Algunos medicamentos están diseñados específicamente para influir en tal o cual parte de nuestro funcionamiento interno. Combinar CBD y medicamentos puede así rápidamente resultar en una anulación de los efectos terapéuticos entre ellos, o bien en una exageración de otros efectos. Cuando hay interacción medicamentosa con CBD, la palabra clave es imprevisibilidad.
Trastornos cardíacos
Uno de los efectos conocidos del CBD es su estimulación del sistema cardiovascular. Esto resulta ser un beneficio muy interesante para aliviar ciertas patologías, pero potencialmente peligroso para personas con problemas cardíacos.
Estas últimas tienen un sistema cardiovascular particularmente frágil, por lo que la mínima estimulación en este ámbito debe evitarse.
Enfermedad de Parkinson: CBD, sí, pero en pequeñas cantidades
El efecto antiinflamatorio del CBD forma parte de sus propiedades naturales más efectivas y valoradas. Para un paciente que sufre la enfermedad de Parkinson, el consumo no está automáticamente prohibido, ni mucho menos.
En pequeñas dosis, esta sustancia se revela terapéutica, capaz de atenuar notablemente los síntomas de la enfermedad. Hay que destacar que la enfermedad de Parkinson actúa provocando una importante inflamación en el cerebro. Las neuronas responsables de la producción de dopamina resultan gravemente dañadas, y la inflamación no deja de evolucionar a medida que la enfermedad se intensifica. Es precisamente sobre esta inflamación que el cannabidiol actúa reduciéndola considerablemente, y por tanto reduciendo los síntomas como los temblores.
Una vez establecidos estos beneficios, es primordial recordar que el CBD es terapéutico para los enfermos de Parkinson solo si se consume en pequeñas cantidades.
Con dosis altas, existe un riesgo real. No hay ninguna contraindicación o recomendación de dosis para una persona común. Sin embargo, para una persona afectada por el Parkinson, la situación no es la misma, ya que su organismo es desde el principio mucho más sensible a todo lo relacionado con los movimientos del cuerpo y los músculos. Sin embargo, a dosis altas, el CBD llega a estimularlos, lo que podría crear un riesgo de aumento de los temblores en lugar de calmarlos.
En el contexto de la enfermedad de Parkinson, consumir CBD es totalmente posible e incluso recomendable, pero respetando una dosis razonable.
Conclusión
Para concluir, las contraindicaciones al consumo de CBD conocidas hasta la fecha son aún pocas, y solo incluyen a las categorías de personas ya consideradas sensibles, como las mujeres embarazadas o las personas con problemas cardíacos.
En general, el CBD sigue siendo un remedio natural perfectamente saludable para la mayoría, siempre que no exista ninguna contraindicación seria.