¿Cuáles son los diferentes modos y medios de administración del CBD?

Para usar CBD (Cannabidiol), ahora existen muchos medios y modos de administración, que a primera vista pueden causar confusión en los nuevos usuarios. En este artículo, descubrirás cómo puedes usar el CBD y, sobre todo, cuáles son los productos más adecuados para tus necesidades.

El uso más frecuente del CBD es aquel en el que se ingiere el Cannabidiol: el aceite de CBD, por ejemplo, que se deposita bajo la lengua (sublingual), o las infusiones y caramelos que se tragan directamente. También se pueden usar concentrados de CBD por vía oral, añadiéndolos a los platos o preparaciones caseras.

El uso sublingual es el más adecuado para quienes tienen necesidades fuertes y prolongadas de CBD: al hacer pasar el CBD por las mucosas situadas bajo la lengua, se evita el paso por el tubo digestivo y los efectos se sienten en media hora tras la ingestión.

Para las infusiones y los caramelos, el CBD primero será digerido y luego difundido en el organismo: el efecto tardará un poco más en aparecer, pero durará mucho más tiempo.

También se pueden aprovechar los beneficios del CBD aplicándolo directamente sobre la piel: cremas o bálsamos de masaje están ahora disponibles y combinan el Cannabidiol con otros principios activos naturales para beneficiar tu epidermis.

Este tipo de aplicación es la más adecuada para quienes necesitan beneficiar su epidermis con la acción del CBD: basta con depositar una pequeña cantidad de producto en las zonas afectadas y masajear hasta su total absorción.

Gracias a los diferentes vaporisateurs High Society o cigarrillos electrónicos, también es posible disfrutar del CBD vaporizando o con e-líquidos, o concentrados de CBD como el isolate, el distillate o el crumble, que contienen más moléculas derivadas del cáñamo.

La vaporización es el método de uso más adecuado para quienes necesitan CBD de forma rápida y fuerte: la inhalación permitirá que el CBD pase por los alvéolos pulmonares para liberar sus efectos muy rápidamente.

El aceite de CBD es el método más popular para consumir CBD. Está compuesto por un aceite vegetal (de oliva o de cáñamo) y un extracto de cáñamo rico en CBD. Por lo tanto, puedes aprovechar los aportes nutritivos del aceite vegetal, que también reforzará la asimilación del CBD, así como los efectos del Cannabidiol. Este tipo de administración es muy útil: permite dosificar con precisión la cantidad de CBD, gota a gota.

Los cosméticos de CBD generalmente combinan principios activos derivados de plantas con CBD, que cada vez se estudia y usa más por su acción sobre la piel. Por supuesto, es el método más adecuado para quienes quieren aplicar CBD en su piel para aliviarla o repararla. En forma de crema o bálsamo de masaje, solo hay que aplicar el producto directamente en las zonas a aliviar.

Las infusiones de CBD son un método adecuado para quienes quieren combinar su pausa de CBD con un momento de deleite: están compuestas por diferentes plantas, asociadas al cáñamo, para poder degustar una tisana llena de sabor y, sobre todo, llena de beneficios naturales.

Los e-líquidos de CBD se usan como e-líquidos normales: solo tienes que poner tu e-líquido en tu cigarrillo electrónico habitual y disfrutar de su acción. Es un método muy eficaz para quienes comienzan con el CBD y vapean. El CBD actuará muy rápido en tu organismo y sentirás sus efectos pronto.

Las flores de CBD te permiten disfrutar de todas las moléculas presentes en el cáñamo, en su forma completa, sin modificación ni proceso industrial: contienen todos los cannabinoides, terpenos y flavonoides del cáñamo.

Con las extracciones de CBD, puedes añadir Cannabidiol donde quieras: e-líquido, plato alimenticio, crema o bálsamos, tisanas, etc... Es la manera perfecta para quienes quieren añadir CBD en sus preparaciones habituales. Según tus necesidades, hay tres tipos de concentrados disponibles: cristales, destilado y crumble.