

El tema del CBD se ha vuelto imprescindible en la actualidad, especialmente desde su legalización.
Aceites de CBD, infusiones, o incluso flores …
Los métodos de consumo son variados, y lo mismo ocurre con la posología. Ya sea para aliviar el estrés, atenuar una migraña o simplemente por placer, la cantidad de CBD consumida es propia de cada persona según sus propias necesidades y límites.
Sin embargo, surge naturalmente una pregunta, la de saber si el CBD puede causar dependencia. Le proporcionamos toda la información que le guiará sobre el tema
¿Qué es la dependencia?
La dependencia es un fenómeno que puede afectar a lo que consumimos, como el azúcar o el alcohol, pero también puede referirse a las apuestas, el cigarrillo o incluso a otra persona, en cuyo caso hablamos de dependencia afectiva.
La definición de dependencia es bastante simple: se trata de una adicción a un cierto hábito, en nuestro caso de estudio a una sustancia. Cuando somos dependientes, sentimos una necesidad psicológica constante de mantener un cierto hábito, de lo contrario se manifestará una carencia.
Distinción entre dependencia y tolerancia
Dependencia y tolerancia son dos términos que presentan matices.
Cuando hablamos de tolerancia, nos referimos a la adaptación del cuerpo a una sustancia dada. La tolerancia y la dependencia no son sinónimos y no siempre van de la mano. Puede haber tolerancia sin dependencia.
La tolerancia también es designada por algunos como una forma de « tolerancia ». En este sentido, diferenciamos la tolerancia positiva de la tolerancia negativa:
- por tolerancia positiva, se entiende una mejora en la capacidad para soportar ciertos efectos,
- mientras que por tolerancia negativa, se entiende la inadaptabilidad del organismo a las dosis consumidas.
La principal diferencia entre dependencia y tolerancia reside en el aspecto patológico.
Cuando hay dependencia, entramos en el terreno de la patología, es decir, que nuestro cerebro es incapaz de funcionar correctamente mientras no se le haya proporcionado una nueva dosis de la sustancia en cuestión.
La adicción al cannabis, muy diferente del tema del CBD
Al hablar de adicción, es importante distinguir bien el CBD del cannabis. No se trata de las mismas sustancias, los mismos principios activos, ni los mismos efectos en los consumidores.
La adicción al cannabis, verdadero tema social, en realidad se refiere a la adicción al THC. Este cannabinoide es muy diferente del CBD.
El THC es la mayoría de las veces valorado por sus efectos psicotrópicos. Tiene la capacidad de actuar sobre ciertas partes del cerebro a través de un flujo de dopamina. Esta última es responsable de la sensación de placer y euforia, sensaciones buscadas por los consumidores y que pueden causar dependencia rápidamente. Se ha demostrado que el THC presenta un potencial adictivo de aproximadamente el 9%.
Por supuesto, la magnitud del impacto del THC en nuestro organismo depende de la cantidad de cannabis consumida. Cuanto más cannabis se consume, más se aumentan los efectos percibidos. Y cuanto más cannabis se consume, ya sea en cantidad o en regularidad, más probable es volverse dependiente.
En Francia, por ejemplo, la combustión constituye el método de consumo de cannabis más común, combinado con consumo de tabaco. El tabaco ya es en sí una sustancia muy adictiva, por lo que no es sorprendente que los consumidores de cannabis puedan desarrollar rápidamente una forma de doble dependencia.
Todo comienza con una tolerancia, es decir, que cuanto más cannabis se consuma, más se necesitará aumentar las dosis para seguir sintiendo los mismos efectos.
A partir de ahí, sin cierta vigilancia y toma de conciencia, la tolerancia puede derivar rápidamente en una verdadera dependencia.
El CBD, más bien útil en el tratamiento de las adicciones
A diferencia del THC, el CBD no causa dependencia. Ni mucho menos.
La primera justificación se refiere al hecho de que el CBD no afecta en absoluto las concentraciones de dopamina. El CBD no tiene ninguna propiedad psicoactiva, por lo que no presenta ningún riesgo de dependencia.
Por el contrario, el CBD se utiliza cada vez más en el tratamiento de las adicciones. Se presenta así como una especie de antítesis del THC, siendo ambos sustancias derivadas del cannabis pero radicalmente opuestas.
El CBD, o cannabidiol, posee diversos beneficios, entre ellos el de actuar directamente sobre los síntomas relacionados con la sensación de carencia.
Cuando un individuo es dependiente de una sustancia y se encuentra en estado de carencia, pueden aparecer diversos síntomas: náuseas, alucinaciones, hipertermia, temblores o hipersensibilidad a la luz o al ruido.
Un estudio de 2019 destacó esto en consumidores dependientes de opioides, y el resultado fue contundente. El consumo de CBD permitió reducir de manera rápida e intensa el deseo de consumir la sustancia problemática, así como la ansiedad relacionada con la carencia. En general, el CBD se considera un principio activo particularmente útil para disminuir los riesgos de recaída, todo ello sin efectos secundarios reportados.
¿Puede el consumo de CBD causar dependencia? La respuesta es no.
El CBD no debe confundirse con el THC, este último sí es adictivo. Muy al contrario, el CBD se considera una gran ayuda en el tratamiento directo de las adicciones. Una información original para conocer y compartir sin dudar.