El cannabis medicinal es un término general que hace referencia a cualquier tratamiento a base de cannabis utilizado para aliviar los síntomas de una enfermedad o el dolor asociado a ella. El cannabis medicinal se utiliza en Estados Unidos, Europa y en todo el mundo. en España, su uso está aún en fase de prueba. En los lugares donde el cannabis medicinal es legal, a veces se expide a los usuarios una "tarjeta de cannabis medicinal" para identificarlos como consumidores de cannabis medicinal.
¿Qué es el cannabis medicinal?
El cannabis medicinal, también conocido como cannabis terapéutico, hace referencia al consumo de cannabis por parte de una persona, en este caso para tratar síntomas o aliviar una enfermedad concreta. No sólo se buscan los efectos psicoactivos del cannabis, sino también sus efectos terapéuticos.
La clave de los efectos del cannabis en el cuerpo humano son los cannabinoides, los principios activos del cannabis. Actualmente se conocen más de 85 cannabinoides. Los dos cannabinoides más estudiados y utilizados por sus efectos terapéuticos son el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC).
El cannabis medicinal puede administrarse en diversas formas, desde las conocidas pastillas de las farmacias hasta las flores secas de Bedrocan o los coffeeshops.
Uso del cannabis medicinal en el tratamiento de enfermedades mentales
Tras muchos años de tabú y marginación, los problemas de salud mental se tienen ahora en cuenta y por fin se debaten abiertamente. La investigación sobre terapias basadas en cannabinoides está aprovechando esta apertura, reuniendo un creciente corpus de investigaciones sobre el tema.
Un accidente grave, una discusión, un robo... puede sentir un miedo incontrolable ante estas situaciones peligrosas. Esto es perfectamente normal dadas las circunstancias. Sin embargo, si este miedo persiste durante semanas o meses después, podemos estar ante un trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona que se encuentre en una situación preocupante o peligrosa. Además, está estrechamente relacionada con otros tipos de trastornos mentales. Según varios estudios, las personas con TEPT tienen más probabilidades de desarrollar otros trastornos mentales, como ansiedad o depresión.
Los medicamentos recetados a las personas con trastorno de estrés postraumático pueden provocar diversos efectos secundarios, como depresión, náuseas y dependencia. También pueden causar aún más problemas al consumidor. Aquí es donde entra en juego el cannabis medicinal, ya que no causa efectos secundarios para el paciente.
Como resultado, varios estudios han establecido una relación entre dosis controladas de cannabinoides y mejores resultados psiquiátricos para los pacientes. En el caso de las personas que sufren trastorno de estrés postraumático, también se ha descubierto que el bienestar general mejora con el tratamiento con cannabis. El CBD es uno de los principales cannabinoides de la planta y no tiene propiedades psicoactivas. Esto significa que los usuarios podrán mejorar su sufrimiento sin experimentar la euforia que suele asociarse al consumo de cannabis.
¿Ha demostrado su eficacia el cannabis medicinal?
El cannabis se ha utilizado como planta medicinal desde el antiguo Egipto, pero en el siglo XX apenas se realizaron estudios científicos rigurosos sobre esta sustancia porque estaba prohibida. No fue hasta 1992 cuando resurgió el interés por la molécula con el descubrimiento por el profesor Raphaël Mechoulam del análogo del cannabis producido por el propio organismo, la anandamida. Según este profesor de la Universidad de Jerusalén, "el sistema endocannabinoide desempeña un papel en prácticamente todos los sistemas fisiológicos observados". Y el frenesí de la investigación sobre esta relación parece darle la razón.
Varios centenares de estudios han confirmado algunas de las propiedades del cannabis medicinal. Tiene propiedades analgésicas, sobre todo en casos de dolor crónico refractario, y antiespasmódicas, útiles para la esclerosis múltiple e incluso la epilepsia parcial. También tiene propiedades antieméticas y antináuseas, para pacientes sometidos a quimioterapia o enfermos de sida. Estimula el apetito, en casos de emaciación significativa o caquexia en ancianos durante estancias prolongadas, y en pacientes que padecen la enfermedad de Alzheimer o SIDA. Por último, el cannabis medicinal también ayuda a mejorar el sueño, la broncodilatación (que es insuficiente para tratar el asma) y la vasodilatación (que puede mejorar el glaucoma).
El cannabis, en su forma natural o químicamente modificada, es por tanto muy eficaz en determinadas condiciones patológicas.
Otros usos prometedores
Una vez concluida la investigación, también surgieron nuevas oportunidades. Aunque es necesario seguir investigando, el cannabis medicinal podría ser eficaz para prevenir el desarrollo de ciertos tumores cerebrales y la progresión de la enfermedad de Alzheimer. También podría ayudar a tratar el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y los tics excesivos o patológicos (síndrome de Tourette).
En la actualidad, la investigación sigue estudiando las disfunciones del sistema endocannabinoide para identificar otras funciones potencialmente positivas del cannabis externo (no producido por el organismo). Según el profesor Mechoulam, "los medicamentos a base de cannabis del mañana estarán sin duda relacionados con la neuroprotección y el dolor crónico". Su equipo también ha sintetizado un derivado del cannabis "muy eficaz en los trastornos digestivos" y trabaja en derivados que podrían utilizarse en el tratamiento del reumatismo inflamatorio crónico o del cáncer.
Tanto si se utiliza como complemento de una terapia (para controlar los efectos secundarios) o como alternativa a otros tratamientos, el cannabis medicinal tiene beneficios conocidos y reconocidos. Por eso se prescribe en algunos países, bajo condiciones relativas a las indicaciones (la lista varía de un país a otro), el origen y la forma de uso.
¿En qué forma debe utilizarse el cannabis medicinal?
Según varios estudios, fumar cannabis aumenta el riesgo de cáncer de pulmón en la misma medida que fumar tabaco, e incluso más. En los países donde está autorizado para uso médico, se recomienda en diversas formas no fumadas.
En los Países Bajos, la Autoridad del Cannabis Medicinal recomienda consumirlo en forma de infusiones o utilizando vaporizadores. Estos aparatos permiten inhalar el principio activo del cáñamo en forma de vapor, sin quemarlo ni producir residuos cancerígenos.
Desde 2005, también se vende en las farmacias canadienses un aerosol oral a base de extracto de cannabis, Sativex, para enfermedades neurológicas graves (como la esclerosis múltiple).
También existen dos medicamentos sintéticos con THC (tetrahidrocannabinol, el principio activo del cáñamo) en Estados Unidos y Canadá. Se trata de Cesamet y Marinol. Los pacientes anglosajones de cannabis medicinal suelen llevar una "tarjeta de necesidad médica" para demostrar su buena fe.
Algunas variedades de cannabis medicinal
Todas las variedades de cannabis pueden ser medicinales, siempre que actúen sobre los síntomas que afectan a las personas enfermas. Algunas variedades de cannabis tienen un perfil más medicinal que otras. Entre ellas se encuentran las variedades ricas en CBD, como Charlotte's Web. Esta variedad no tiene ningún efecto psicoactivo. Fue seleccionada para tratar a una niña epiléptica, Charlotte Figi, que padecía el síndrome de Dravet. En uso médico, se consume más a menudo en forma de aceite en altas dosis.
La variedad Arlequin también es muy conocida. Tiene un alto nivel de CBD. De predominancia sativa, es eficaz contra el dolor, la ansiedad y la paranoia inducidos por el THC. Puede ser útil para afecciones como la enfermedad de Parkinson y la esclerosis múltiple. Es relativamente fácil de encontrar a nuestro lado del Atlántico en algunos coffee shops de Ámsterdam.
El uso médico del cannabis suele condenarse e incluso demonizarse, sobre todo porque la línea que separa la medicina (cannabis medicinal) del ocio (cannabis recreativo) puede ser a veces muy delgada.
Francia sigue en fase experimental
Siguiendo ejemplos exitosos en el extranjero, Francia está lanzando su primer experimento con el uso médico del cannabis. Gracias a la existencia de datos científicos y a la fuerte demanda de pacientes y profesionales sanitarios, desde 2018 están en marcha los primeros estudios sobre la eficacia e idoneidad del cannabis para uso terapéutico.
El 7 de octubre de 2020, por recomendación de la Agencia Nacional Francesa para la Seguridad de los Medicamentos, un decreto aprobó oficialmente la experimentación del cannabis en forma medicinal. El estudio comenzó con el primer paciente el 31 de marzo de 2021, y tardará dos años en completarse, con la participación de un máximo de 3.000 pacientes en 200 centros asociados.
El acceso a los experimentos está disponible en 5 condiciones médicas: en casos de dolor resistente a la terapia, epilepsia grave resistente a los fármacos, cuidados de apoyo en oncología, espasticidad dolorosa asociada a la esclerosis múltiple y situaciones paliativas.
En tales situaciones, se facilitará el acceso a experimentos con cannabis medicinal a los pacientes cuyo tratamiento sea insuficiente o intolerante. El tratamiento a base de cannabis no será un tratamiento de primera línea. Se hará un seguimiento médico de los pacientes durante todo el estudio y se les pedirá que informen sobre la eficacia del tratamiento (efecto sobre el dolor) y cualquier efecto secundario.
Los medicamentos recetados adoptarán la forma de un aceite esencial que se toma por vía oral o de flores secas que se inhalan mediante pulverización. El objetivo era evaluar la viabilidad del ciclo terapéutico del cannabis y reunir los primeros datos sobre su uso. Sin embargo, el estudio ha sido ampliado por el Gobierno alegando que no abarca un número suficiente de pacientes para ser relevante. Una cuestión a seguir...